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Sean o no sean católicos, agnósticos, judíos, musulmanes, budistas o creyentes de cualquier otra religión.
Todo tiene su espacio, su momento, y creo que el mío fue el momento justo en el que lo debía leer. Era lo que necesitaba. Quizás a alguno le suceda lo mismo, así que lo comparto para algún alma perdida que le sirvan estas palabras.
Cuando callo lo que digo es que te quiero,
que mi amor te ama en silencio
como en silencio muere el grano
para darse por entero.
Cuando callo lo que digo es dame tiempo,
el tiempo necesario para poner sobre tu rostro
un beso.
Cuando callo lo que digo es que te espero
que siempre te he esperado,
aunque tú, no siempre aquí hayas vuelto.
Cuando callo lo que digo es que me cuentes lo que vives y sin miedo,
pues tímido me dices:
"¿Señor no sé en verdad como comienzo?"
yo ya he empezado a leer en tu secreto.
Cuando callo lo que digo es te respeto,
pues siendo el que todo lo hizo y aún más puedo,
para hacerlo ahora en ti, necesito tu "sí, quiero".
Cuando callo lo que digo es que de ti estoy sediento,
de regalarte la verdad que de tú alumbramiento.
¡Quiero llenarte de Vida, y sabes que no miento!
Cuando callo lo que digo es escuchemos,
el soplo del Espíritu ya va a levantar vuelo
y en él se eleva tu gemido: "Papá, sin ti, no puedo!"
Jesús, afíname el oído para escuchar lo que tu amor por
mí está haciendo, de modo que no tenga que pedirte que
me hables ¡cuando tanto me dice tu silencio!
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