8 ene 2010

Paciencia


Todavía no sé manejar el blog y me puse a leer los pasos a seguir para desarrollarlo de manera personal. Acabo de darme cuenta que no tengo paciencia. Mentira. No me di cuenta recién, hace rato que lo vengo sabiendo pero no lo quería admitir. Sería como aceptar mi imperfección y eso mostraría una debilidad en mí. Cada vez que empiezo algo, me cuesta terminarlo. Me aburro rápido así que si lo que estoy leyendo, escuchando, haciendo (a excepción del trabajo o el estudio que eventualmente lo tengo que hacer y/o terminar) me está aburriendo, no puedo evitarlo y me pongo a hacer otra cosa.
Estaba leyendo un libro de cuentos cortos porque son más fáciles para mí que los pueda terminar de leer sino nunca termino de saber el final. Sin embargo odio eso de mí. No me banco no saber cómo termina una película aunque sea muy mala… o un capítulo de una serie y por sobretodo un libro y mucho menos uno de cuentos cortos. Ya me leí 4 cuentitos y llegué al 5to y me aburrí tanto que deje el libro y me fui a comprar otro. Definitivamente, me aburre aburrirme.
Lo mismo me pasa con las relaciones amorosas por así decirlo, porque de amor no tienen nada… Me canso de salir con una persona muy rápido. No tengo constancia. Me aburro fácil. Soy como un niño cuando le regalan un juguete que le fascina los primeros días, quizás con suerte 1 mes pero si justo esa semana le regalan otro juguete, seguro dejo al primero tirado por algún rincón de la casa. Sigo siendo una niña y me gusta serlo, al menos todavía no siento que deba preocuparme por la edad. Sólo tuve dos relaciones que no me aburrieron y por lo menos llegué a durar 1 y 2 años… pero son casos raros en los que uno conoce a alguien y hay química desde el principio… sino terminas involucrándote con algún amigo con el que ya tenés confianza y se empiezan a ver con otros ojos. Me declaro culpable del delito cometido (necesitaba decirlo… típica frase de abogado principiante).   
Ya me cansé de este tema… ya me aburrió de tan solo escribirlo. Sigo mañana o pasado, quién sabe.

6 ene 2010

Todo comenzó con un principio


He decidido empezar de una vez... Creo que ya era hora de empezar. Se preguntarán de qué estoy hablando, o quizás no. De todas formas les voy a contar. Tengo problemas. Serios problemas. Según mi psicóloga, tengo que escribir acerca de mis problemas, mis angustias, temores, irritaciones y demás cosas. Ella dice que eso me va a liberar de todos los muertos que llevo en mi espalda.

Por eso voy a comenzar este año contando uno de los tantos muertos que tengo que soportar (no estoy hablando de ningún hombre en particular, así que no pierdan el eje de mi relato. Hago la aclaración porque sé que aquellas personas que conocen mi identidad van a relacionar al muerto con una o varias personas en particular.).

No puedo creer que haya pasado el año tan rápido. Perdí la noción del tiempo. Me perdí en mí misma. Me ahogué tanto en mis problemas que quise subsanarlos con el trabajo, la facultad y obligaciones profesionales dejando a un lado la parte personal.

¿Qué gané? La verdad que nada… ni siquiera mi jefe me aumentó el sueldo. ¡Qué triste! Es así como vi que todo iba a una velocidad más rápida de la que yo podía ir. Es como si estuviera corriendo contra el correcaminos y yo fuese el coyote que trata de atraparlo.

Mis amigas.
Dicen que las amistades son como las plantas, hay que regarlas un poco todos los días. Mis amigas son como los cactus, siempre están aunque a veces les falte un poco de agua porque no tienen a alguien que las riegue con mucha frecuencia. No sé si la palabra es abusar… pero quizás abusé de su amistad. Creí que siempre las tendría y en verdad las sigo teniendo, pero con cierta distancia ya que hubo ciertas actitudes que me decepcionaron. Creo que la culpable también fui yo, ya que el haber desaparecido todo este 2009 las decepcioné a ellas también.

Uno siempre promete cosas para el año que está por comenzar. Voy a dejar de fumar, voy a bajar 10 kilos, voy a empezar con el curso de fotografía que tanto quería, voy a volver a jugar al hockey, voy a volver a vivir… Estos últimos años me sentí como una muerta viviente. No sé si es más tétrico o patético. En fin, quiero volver a vivir, volver a recuperar esas amistades, a disfrutar más de la vida y de lo que tengo ahora y lo que proyectaré a futuro. Soy una chica muy futurista. Creo y afirmo que tengo un gran futuro por delante. A lo lejos veo mi gran arco de triunfo que espera por mi llegada y el camino recién empieza.